La cultura de la violencia y su remanente, la proliferación de la delincuencia, son fenómenos perniciosos para toda la sociedad. La violencia cancela toda posibilidad de convivencia civilizada, vulnera la dignidad, inhibe la paz y dificulta el entorno de tranquilidad imprescindible para el desarrollo de nuestra sociedad y de todas sus actividades productivas, económicas, sociales, todo se vulnera cuando hay violencia y cuando hay intranquilidad.
La violencia destruye el tejido social e incuba el seno mismo de la familia, las tendencias antisociales que estimulan la delincuencia. Si bien es cierto que la delincuencia debe ser combatida con todo el rigor de la ley y con toda la fuerza del Estado, también lo es que la pura acción punitiva, meramente policial, sólo garantiza en el mejor de los casos, la mitad de los resultados.
Para atacar el fenómeno a cabalidad, para realmente erradicarlo, debemos ir a la raíz de los fenómenos y de los factores que fomentan la cultura de la paz. Un camino sin duda más largo, más complejo, pero absolutamente indispensable para poder promover entre todos los ciudadanos, en todos los hogares, en las escuelas, en los centros de trabajo y en todos los espacios públicos, a efecto de que los valores de respeto hacia nuestros semejantes y los valores de observancia de la ley, de tolerancia y de civilidad, priven en nuestra convivencia diaria.
No hay otra compañeras, compañeros, lograr construir nuevos patrones culturales, nuevas formas de entendernos, nuevas formas de relacionarnos, sólo se puede construir con acciones como ésta que hoy nos convoca a la promulgación de esta ley, pero también fortaleciendo otras actividades que nos ayuden a la formación de un nuevo ciudadano, y me refiero particularmente a lo que hacemos en nuestras escuelas. Una parte de la formación se adquiere sin duda en la escuela, pero también la otra parte es en el seno familiar, porque tenemos un problema de fondo.
Hace unos días reflexionábamos con algunos representantes de la Iglesia, y la pregunta era ¿qué pasa? ¿qué subyace atrás de todo esto? Que no solamente nosotros, porque no es un asunto de Michoacán, pero qué subyace en el fondo que genera estas conductas antisociales y en consecuencia de violencia, de alterar la paz y que mucho de eso se refleja en la pérdida de valores, la pérdida de valores total, el que no respeta la vida, ya no le podemos pedir que respete otra cosa, principal valor supremo para una sociedad es la vida misma y quien no le tiene respeto a la vida, pues difícilmente podemos aspirar a que lo demás tenga la valoración correspondiente.
Por eso hago este paréntesis y hago énfasis en que vamos a tener que reforzar nuestra tarea de educación en la familia, en el seno familiar, en el núcleo de las amistades, pero también en la escuela.
Por ejemplo, nosotros traemos un reto mayor, cambiar esta dinámica muy añeja de violencia en contra de las mujeres, ¿cómo vamos a erradicar esto de fondo? Pues tiene que ser ahí, en la casa, en el hogar y luego en la escuela, porque afortunadamente hoy los niños a los tres años ya están en la escuela, en el kínder, desde ahí tenemos que reforzar el respeto hacia los demás y de manera particular, por el ejemplo que cito, a las compañeras mujeres.
Después la cosa es difícil, el reto es mayor y la acción punitiva no siempre da los mejores resultados, los dichos son sabios, dicen que “el árbol que crece torcido, es muy difícil después enderezarlo”, entonces ahí cuando se están formando los criterios, se están interiorizando los valores, tenemos nosotros que hacer nuestro mayor esfuerzo y es de todas y de todos, no es solamente un asunto del Gobierno, incluidos mis amigos de los medios de comunicación, que con mucha frecuencia se les da por hacer apología de la nota roja y entonces ahí vamos todos.
Algún día le dije a algún dueño (de medios), porque casi no hablo de ustedes pero hoy si voy a hablar, hace algunos años le dije al dueño de un diario: “oiga y por qué tienen que sacar esas imágenes de violencia en las planas de su periódico”, -“porque si no, no vendo”-, entonces resulta que eso es más importante, vender y mantener el negocio que cuidar la vida y la integridad y la salud de nuestra comunidad. No es el caso de ustedes eh, es un caso distante, ustedes son diferentes.
Por eso me complace mucho lo que hoy estamos haciendo junto con el Congreso y con la presencia de los tres niveles de Gobierno, hoy hacer este importante anuncio de la promulgación de esta ley.
Asimismo, estamos obligados a generar y poner en práctica políticas públicas que aminoren las causas de la violencia; el desempleo, la falta de oportunidades y la penuria económica, así como la precariedad de los servicios públicos, la educación deficiente, la insuficiencia de los programas sociales, todos ellos auspician la ignorancia, la insatisfacción y el resentimiento. De igual manera que la injusticia, la corrupción y la impunidad, detonan las conductas antisociales.
Hay un fenómeno mundial, global de insatisfacción, enojo, de rechazo, empezando por todas las formas de autoridad y las instituciones, todas, todas, todas. Hay un caso de enojo de la sociedad que también abona a estas conductas antisociales.
Por eso, mediante un enfoque transversal y complementario, las autoridades estatales, federales y municipales debemos perfilar nuestras acciones en materia de salud, en materia de educación, de vivienda, deporte, cultura, desarrollo económico y la preservación y cuidado de nuestro medio ambiente. Ello con el fin de que se potencien y encadenen para disminuir las causas primarias de la conducta violenta y desaparezca el caldo de cultivo para la actividad delincuencial en nuestro estado.
Con la promulgación de la Ley para una Cultura de Paz y Prevención de la Violencia y la Delincuencia en Michoacán, nuestra sociedad y nosotros en general, nos proveemos así mismo, de un formidable instrumento jurídico que sienta las bases para el diseño de políticas a las que anteriormente he hecho referencia.
Por eso señoras Diputadas y Diputados, muchas gracias por este esfuerzo de construir acuerdos, de alcanzar los consensos y de enfocar todo el trabajo y compromiso a construir estos instrumentos que sin duda mucho nos van a servir y mucho le va a servir a la sociedad en su conjunto, mucho nos van a ayudar a las instituciones en general a tener instrumentos para poder actuar y construir las políticas públicas, pero sobre todo los beneficiarios serán sin ninguna duda la sociedad michoacana.
Muchas gracias señores Diputados. Vamos a darles un aplauso a los Diputados y a las Diputadas por este importante paso y con ello mi más sincero reconocimiento queridos Diputados y queridas Diputadas.
Esta ley establece el marco de coordinación mediante el cual las autoridades estatales y municipales actuaremos conjuntamente en dar sentido y fijar las formas de participación ciudadana para el establecimiento de prioridades, diagnóstico y mejoramiento de las condiciones de seguridad del entorno.
Fomenta así mismo prácticas de la cultura de la prevención, la autoprotección y la denuncia, como también promueve el apego a la legalidad, el respeto a los derechos humanos y el uso de mecanismos alternativos para la solución de controversias.
Esta verificación, además, estipula la atención inmediata y efectiva a víctimas del delito, vela por sus derechos y su seguridad, y privilegia la prevención como elemento central en las políticas públicas para una mejor calidad de vida de nuestros ciudadanos.
Resulta muy oportuno que esta ley sea promulgada hoy y de inmediato publicada, pues entrará en vigor en el año 2017, de manera que se cuente con el tiempo suficiente para adecuar los presupuestos estatal y municipal para su aplicación.
Por cierto, aprovecho que están aquí presentes los Alcaldes, Presidentes y Presidentas, el Presidente Municipal de Morelia, y en el marco de la discusión de los presupuestos, necesitamos fortalecer las finanzas municipales y necesitamos fortalecer las finanzas estatales. La cobija es una y todos sabemos que si le jalas de un lado descobijas algo. Necesitamos hacer un esfuerzo, para darle mayor capacidad a los gobiernos municipales y los gobiernos estatales requieren de mayor capacidad financiera.
Cito el dato porque es pertinente y porque tiene que ver con esto, es que de cada peso que se recauda para la hacienda pública, 80 centavos u 80 por ciento se queda en el centro y 20 centavos se regresan a Estados y Municipios, de esos, 16 centavos en promedio le quedan a las entidades y 4 centavos a los Gobiernos Municipales. Como verán es una contribución poco equitativa y por ello la importancia de regresar a los orígenes del federalismo, para fortalecer al federalismo, se requiere fortalecer y adecuar la distribución de los recursos públicos.
Hace años he venido insistiendo que hace falta coordinar la Ley de Coordinación Fiscal Federal que tiene 50 años de vigencia y que ya no tiene nada que ver con las condiciones actuales del país, del Estado y de los Municipios porque hace 20 años o menos les dimos muchas facultades a los Municipios, pero no les dimos las herramientas para hacerle frente a ello.
Y ahora en el marco de la discusión del Presupuesto Público Federal, aunque no veo condiciones para que se reforme esa ley, sí pido a las Diputadas Federales y a los Diputados que modifiquemos el porcentaje. Es muy sencillo, en medio de las facultades, qué pido, que en lugar de que sea 80 y 20 sean 75 y 25, 25 por ciento para Estados y Municipios y 75 por ciento se quede en el centro, se quede en la Federación, se quede para las tareas del gobierno central, pero el 25 por ciento se requiere para las necesidades de los Estados y de los Municipios, sino no vamos a poder, por más que nos regañen y que nos digan que nos hagamos a cargo de las cosas sino tenemos con qué hacerlo, no lo vamos a lograr o por lo menos vamos a quedar muy limitados, ahí les dejo mi comentario y mi llamado a todos los Diputados Federales.
Michoacán cotidianamente hace un enorme esfuerzo por promover la cultura de la tolerancia, el diálogo, la legalidad y la prevención del delito. Rechazamos la violencia venga de donde venga, pues creemos en la honestidad y en el uso de la palabra como instrumento de progreso para entendernos.
Convoco una vez más a las instituciones gubernamentales y a las no gubernamentales, a las instancias académicas, las agrupaciones de profesionistas, las agrupaciones civiles y en su conjunto para trabajar por la unidad, la concordia y la prosperidad de todas y de todos con todo empeño y con toda la generosidad.
Estoy seguro que tendremos éxito y juntos construiremos el futuro de justicia y bienestar que deseamos para nuestro estado.
Felicidades pues por lo que hoy estamos siendo testigos y testigas. Enhorabuena por la ley que promulgamos y que sea para bien de Michoacán.
Muchas gracias a todas y a todos.